Nos agreden continuamente. Somos capaces de ver los sitios donde nos golpean y su brutalidad. Intentan acorralar las ideas que hacen peligrar la concentración de poder en el mundo pero nosotros seguimos creyendo en ellas y por eso perduran. No nacimos para ir subiendo escalones, sino para destruirlos. Es ahora cuando hay que acabar con el Síndrome de Estocolmo que afecta a la población mundial y trazar de nuevo las líneas de todas las manos en una nueva dirección, la anarquía.
- Explotación laboral
- Preservación de la sociedad patriarcal
- Manipulación de los “medios de incomunicación”
- Agresión medioambiental
- Represión policial
- Conflictos militar-económicos…
¿¿Y luego tachan de violentos radicales a movimientos antiglobalización??
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