08 junio 2008

Jesus Ibañez, sigue vivo

“[…] Mayo del 68 fue la primera revolución triunfante: pues una revolución sólo triunfa cuando fracasa, al fracasar deja abierto el proyecto revolucionario –la pregunta-, al triunfar el proyecto rebota como modelo, la respuesta se pone en el lugar de la pregunta y estamos otra vez en la dictadura. Del fracaso de mayo del 68 han surgido tanto la nueva derecha (por ejemplo, Benoit [sic]) como la nueva izquierda (por ejemplo, Lyotard). De ahí la ambigüedad del término.

Marx, Freud y Nietzsche –en ese orden, pues cada uno va más allá del que le precede- subvirtieron los fundamentos de la razón burguesa. Hay distintos niveles de crítica de una ley o razón. El nivel 1 o perverso –crítica de la primera especie o restringida- (juega con la ley, leyéndola al revés o eligiendo al revés, eligiendo lo proscrito y rechazando lo prescrito). El nivel 2 o subversivo –crítica de la segunda especie o generalizada-: puede ser irónica (es una pregunta por la ley, que revela su contingencia tras su fachada de necesidad –para qué sirve y a quién sirve- o humorística (es una respuesta a la ley, seguir sus dictados a la letra de modo que se revele su imposibilidad o injusticia –la ley es injusta porque no ajusta a la realidad-). El nivel 3 o reversivo –metacrítica- (pasar, sencillamente, de la ley). El reformismo socialdemócrata es perverso, el comunismo revolucionario es subversivo, el anarquismo es reversivo. Mayo del 68 tuvo color anarquista y los movimientos que engendró –ecologistas, mujeres, niños, homosexuales, enfermos, locos, presos, minorías étnicas…- están teñidos de anarquismo […]”


Jesús IBÁÑEZ, Tiempo de Postmodernidad, en La polémica de la posmodernidad, José Tono Martínez (Coord.), Ediciones Libertarias, Madrid, 1986, P. 56-57.

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